No seas tan ególatra que mi problema no eres tú.

Seguro que estos días has estado muy feliz y con el ego hasta por el cielo, HACIENDO MÁS POPULAR MI BLOG, y pensando que estoy enferma a tal punto que tengo un psiquiatra que me receta ansiolíticos, hipnóticos y antidepresivos, y un psicólogo con el cual llevo sesiones para poder superar “la turbulencia” por la cual mi estado emocional está cruzando;  y que tu crees que es POR TU CAUSA, cierto?
 Contigo nunca me equivoco.
Pues, permíteme decepcionarte.

La situación en la que me encuentro es a causa de una secuencia de sucesos que me vienen pasando desde la secundaria, incluso y tal vez antes, que me llevaron a un estado de depresión tan fuerte que me ocasionó el Trastorno de pánico. Sucesos como que mi madre decidiera mudarse cerca a tu casa y mandarnos a mi hermana y a mi con mi papá, sin consultarnos. Con mi papá me llevo muy bien, pero su casa no se puede considerar un hogar para nosotras.
Sentirme sola en el colegio, por más amigas que tuviera, siempre tenía que ser la que ellas quisieran que sea para poder pasarla bien.
 “Conocer a Dios” y luego decepcionarme de la gente creyente, porque resultaron ser las personas más hipócritas y descaradas que conocí.
Porque Shantall no soportó ésta vida y decidió morir.
 Porque el cuerpo de Alfonso estaba enfermo y una noche me entregué por completo a aquel Dios, rogándole que lo salvara, que sería un testimonio milagroso y hermoso lleno de FE, porque dicen que El todo lo puede, y que no sufra, por favor, que no le duela… Se burló de mi y cuando yo deje de orar y llorar por Alfonso, El simplemente decidió llevárselo; dejando todos los planes de su recuperación inconclusos y yo, sin despedirme del hombre que me dio tanto amor paternal sin siquiera llevar su sangre, y que siempre me vio con orgullo como su primera nieta, y ya no está.
Porque, SI, LUEGO TE CONOCÍ, tienes razón. Te conocí en un estado tan convaleciente mentalmente, tan frágil, tan débil, tan alborotada hormonalmente y tomé una mala decisión.

Te elegí para que seas mi primer amor, y tu caíste redondito.

Luego, sí claro, era mayor de edad, pensé que podía manejarlo y me equivoqué.
No es por halagarte, pero nunca había conocido a alguien como tú, tan decidido a lo que quieres llegar, lograr, tan seductoramente violento, tan volátil pero dominante, agresivo con tus metas. Pero, al mismo tiempo, tan desagradable, malcriado, mentiroso y carroñero. Pero claro, mostrabas lo que querías cuando querías y te convenía; y yo, yo ya me había enamorado de ti.



Estoy consciente que NO me quieres, nunca lo hiciste y nunca lo harás.
También estoy consciente que tomé malas decisiones en mi vida y por eso me arrepiento.
Me arrepiento de haberte conocido al grado que lo hice, haberte permitido tantas libertades conmigo y haberte dejado embarrar mi reputación como si fuera las primeras seis letras de esa palabra; y tu, consciente que no es así, no te importó, porque nunca te importé.
Estoy consciente que quiero dejar de escribir de ti, perdona si alguna vez lo vuelvo a hacer pero no puedo negar que marcaste, MARCASTE mi vida, así como muchas otras situaciones más, es decir, eres una raya más en la piel del tigre.

Así que por favor, deja de hacerme famosa, vive tranquilo según tu conciencia te lo permita, que yo ya estoy en terapia y tengo muchas cosas que hacer y muchas canciones que cantar antes de que mi corazón deje de latir.